A la hora de alquilar cualquier tipo de inmueble, todos los propietarios tienen una preocupación principal, que es la de no recibir el pago en plazo del alquiler. Es por ello que los propietarios se preguntan: ¿Cómo puedo evitar impagos de mis inquilinos en mi local comercial?
Detectar posibles inquilinos morosos
El primer consejo es evitar alquilar el local a un inquilino con riesgo de impago y luego tener que remediar la situación. Pero, ¿cómo podemos detectar a estos morosos?
Podemos pedirles de antemano una serie de documentación para valorar su solvencia económica, estos documentos podrían ser:
- Su nómina de los últimos 6 meses
- Su declaración de la renta
- Su contrato laboral
- Documentación que acredite su solvencia como por ejemplo su patrimonio
- Consultar webs que recojan inquilinos morosos y buscar si tiene algún caso de impago en su historial

Si tu inquilino no tiene aparentemente indicios de morosidad, aún así puedes tomar ciertas medidas para evitar impagos de tus inquilinos en tu local comercial:
Establecer una fianza
Es una buena forma de evitar impagos. Se obliga al inquilino a pagar una señal, por un importe que permita cubrir el cobro de al menos un mes de impago. Esta práctica es muy común, establecer esta fianza proporciona para los propietarios una gran tranquilidad, ya que permite detectar morosos una vez alquilado el inmueble, pero no perder el dinero de dicho impago.
Contratar un seguro de impago
Es una forma muy efectiva de evitar el impago en tu local comercial, además de quitar responsabilidades. Al contratar este seguro, la compañía te asegura un número de mensualidades que te abonarán en caso de impago, y será esta misma, quien se encargará por vías judiciales de solucionar el impago con el inquilino.
Coloca el alquiler a un precio razonable
Una forma que también se ha comprobado que es efectiva a la hora de evitar impagos de tus inquilinos en tu local comercial, es poner un precio moderado al alquiler. Con esto, evitarás el impago de 2 formas:
- Poniendo un precio que no sea muy bajo, para evitar inquilinos que se lancen a por la «oferta», sin saber si van a poder pagarlo o no.
- Estableciendo un precio que no sea muy alto, para en caso de dificultades económicas del inquilino (despido, crisis, imprevistos…) no ahogarle con el alquiler.
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